El uso de las energías renovables para generar electricidad, se ha ido extendiendo más en España en los últimos años. La tendencia va en aumento por todas las ventajas que supone. Sin embargo, una de las posibilidades que no está tan explotada es la del autoconsumo eléctrico a través de instalaciones realizadas en la propia vivienda.
Este autoabastecimiento eléctrico tiene una serie de ventajas directas para el consumidor, pero no es tan fácil de obtener si no se siguen los pasos adecuados. Por suerte, cada vez son más las empresas que apuestan por este tipo de iniciativas, de modo que el usuario puede beneficiarse de ellas, al tiempo que protege el medio ambiente de la contaminación, gracias a la energía limpia.
Resumen:
¿Qué es el autoconsumo eléctrico?
El autoconsumo energético se define como la producción de energía eléctrica, a través de una instalación particular de paneles fotovoltaicos en el tejado de la vivienda o edificio. Esta producción está destinada a satisfacer en gran medida el consumo habitual de dicha vivienda.
Tipos de autoconsumo eléctrico
No todo el autoconsumo es igual, de hecho, existen diferentes tipos dependiendo si están conectados a la red eléctrica de transporte y distribución convencional o no. A continuación, te contamos los tipos de autoconsumo:
Autoconsumo aislado
El autoconsumo aislado es un tipo de autoconsumo conectado con el interior de una red de consumo (una vivienda) pero sin estar conectado a la red eléctrica física. Este tipo de instalación suele encontrarse en regiones, normalmente rurales de baja población y alejadas de grandes urbanos, donde la red eléctrica no puede llegar debido al elevado coste de las infraestructuras, como por una imposibilidad física (por el terreno) y similares.
Para poder garantizar un suministro eléctrico durante las 24 horas, es imprescindible que este tipo de instalaciones dispongan de baterías que acumulen y almacenen la energía generada.
La vivienda tiene que ser autosuficiente por completo ya que no se dispone de conexión con la red eléctrica convencional.
Autoconsumo conectado a la red
El autoconsumo conectado a la red es un tipo de consumo conectado tanto al interior de una red de consumo (vivienda), como a la red eléctrica física de transporte y de distribución. Pueden disponer de baterías para almacenar energía, y así utilizar la mayor cantidad de energía posible, aunque no sea imprescindible.
Las condiciones meteorológicas, en el caso de no disponer de baterías para el almacenamiento, afectan en mayor medida a la entrega constante de energía, por ello cuando la generación sea nula o muy baja se recurre a la red eléctrica convencional para disponer de energía durante las 24 horas del día.
Autoconsumo conmutado a la red de electricidad
El autoconsumo conmutado a la red de electricidad es un tipo de autoconsumo conectado de la red eléctrica y al interior de la red de distribución (vivienda). Dispone de un conmutador, aparte o integrado en el inversor, que conmutan la instalación solar con la de la red en tan solo 10 milisegundos, impidiendo la conexión simultánea en ambas redes (los generadores no pueden estar trabajando en paralelo con la red eléctrica).
El conmutador otorga el estatus de estar aislado de la red ya que su principal función es separar (aislar) el dispositivo de la red. Las baterías de acumulación de energía son imprescindibles en este tipo de instalación.
Ventajas del autoconsumo eléctrico
El autoconsumo eléctrico en España y en el mundo está en auge, sobre todo, a través de placas fotovoltaicas instaladas en los tejados de las viviendas unifamiliares. Cada vez son más los usuarios que deciden invertir en este tipo de energía renovable. Los motivos principales son:
Económico: es el principal. Los usuarios buscan reducir los gastos y costes económicos derivados del uso de energía, sobre todo en aquellos que tienen un alto consumo energético.
Concienciación con el medio ambiente: la sociedad está cada vez más sensibilizada con el impacto del ser humano en el medio ambiente, por eso, la apuesta por las energías renovables es cada vez mayor.
Es rentable una instalación de autoconsumo ¿revaloriza la vivienda?
El mayor problema de una instalación de autoconsumo eléctrico es que requiere una inversión inicial considerable, para cubrir los costes de la colocación de los paneles y los propios materiales. No obstante, una vez finalizada la instalación, se genera energía eléctrica a coste cero. De esta forma, la instalación se amortiza entre 8 a 12 años de media. Con la nueva legislación (2018) los costes de instalación han descendido alrededor de un 75% y el tiempo de amortización se ha reducido a la mitad, 7 años. Los paneles solares tienen una vida útil de 25 años, lo que puede suponer un ahorro de más de 3.000€. Se puede afirmar que una instalación de autoconsumo sí que es rentable, aunque no lo será de inmediato. Cada usuario debe analizar los pros y contras de realizar la inversión económica necesaria y poder a ahorrar en la generación de electricidad.
Además, una instalación de autoconsumo revaloriza la vivienda en caso de querer venderla en un futuro. En concreto, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) ha estimado que por cada euro que consigas ahorrar gracias al autoconsumo solar, el valor de la vivienda aumentará unos 20 EUR (1 EUR ahorrado = 20 EUR más en valor). Asimismo, según la comunidad en qué se encuentre la vivienda puedes disfrutar de ventajas y deducciones económicas, como por ejemplo IBI.
¿Qué necesitas para conseguir el autoconsumo eléctrico?
Antes de empezar con la instalación de paneles solares fotovoltaicos, es necesario realizar un análisis previo para estudiar la viabilidad del proyecto. Cada vivienda es diferente y las características de esta puede condicionar la instalación de autoconsumo.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de evaluar el proyecto es la zona donde esté ubicada la vivienda y su orientación solar. Una correcta orientación y zona serán vitales para sacar el máximo rendimiento de la instalación solar.
Debemos tener en cuenta que los paneles solares fotovoltaicos son más productivos cuando los rayos del sol chocan de forma perpendicular, por ello, la mejor orientación es de forma directa al sur. Situarlos hacia otra dirección puede suponer una reducción del 30% en la capacidad de generación de energía (ya que los rayos no chocarían perpendicularmente).
Una vez conocemos la mejor orientación, tenemos que fijarnos en el ángulo de inclinación del propio panel. Este depende de la latitud geográfica donde la hayamos instalado y de la época del año (el sol no choca igual en verano que en invierno). Cuanto mejor sea su ubicación y su ángulo de inclinación, mayor será la generación de energía eléctrica.
En general las potencias de los módulos fotovoltaicos que se instalan en las viviendas rondan los 235-325Wp (vatios pico, que es la máxima potencia instantánea que puede “aceptar” el panel en un momento dado).
Tras realizar los estudios comentados se tienen dos opciones para realizar la instalación: contratar a una empresa especializada en la instalación de equipos de recolección, almacenaje y distribución de energía solar, o puedes hacerlo tú mismo (autoinstalación).
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Partes de una instalación de autoconsumo
Los colectores solares se utilizan en instalaciones de energía solar térmica, con la función de elevar la temperatura de un fluido mediante la radiación solar (aprovechan la energía calorífica del sol para calentar un líquido, normalmente utilizado para la calefacción o para calentar el agua sanitaria.
En cambio, los paneles solares fotovoltaicos están compuestos por una serie de células solares (o fotovoltaicas) encargadas de convertir la luz que se refleja en ellas en corriente eléctrica (aprovechan los fotones presentes en los rayos solares). Son los que se instalan habitualmente en las viviendas para la generación de electricidad.
Batería
La batería o acumulador solar es un dispositivo capaz de almacenar y acumular la energía eléctrica generada por los paneles fotovoltaicos durante las horas de sol, para poder utilizarla durante la noche o los días de poca intensidad solar (nube, niebla...). La función principal de la batería es aportar energía eléctrica alterna en el sistema, cuando los paneles solares no generan la electricidad necesaria.
La batería no puede descargarse por completo, como mínimo siempre tiene que encontrarse a la mitad de la carga. Por ello, se puede instalar más de una batería por placa fotovoltaica y siempre tiene que mantenerse a una temperatura de entre 20 y 25 grados. Una mayor o menor temperatura puede dañar el correcto funcionamiento de la batería y reducir su vida útil a la mitad (unos 5 años).
Convertidor
El convertidor o inversor es un dispositivo encargado de transformar la onda de corriente continua a onda de corriente alterna. La energía producida por las placas solares no es útil por sí misma, ya que la mayoría de viviendas utilizan electricidad de corriente alterna, por eso, es imprescindible el inversor solar.
La electricidad de corriente alterna puede ser utilizada para alimentar los electrodomésticos y los aparatos electrónicos. Aunque si estamos produciendo más electricidad de la que necesitamos, podemos almacenarla en baterías acumuladoras o incluso verterla en la red eléctrica (siempre transformada a corriente alterna).
Regulador de carga
El regulador de carga es un dispositivo instalado entre el campo fotovoltaico y el campo de las baterías. Está encargado de controlar el flujo de energía que circula entre ambos elementos. Este control de energía se realiza mediante la intensidad y el voltaje inyectado en la batería. El flujo de energía depende de la carga de las baterías y de la energía generada por el campo fotovoltaico.
Este dispositivo además de comprobar la entrada de corriente proveniente del panel solar protege la batería de sobrecargas y sobredescargas profundas, manteniendo la tensión adecuada de la carga que se almacena en ella. Adicionalmente a esto, controla constantemente el estado de carga de las baterías disponibles para recargarlas de forma óptima y, así, alargar la vida útil de estas.
Conmutador
El conmutador es un dispositivo que permite cambiar de una fuente de alimentación a otra (pasa de una toma de energía a otra cuando falla la fuente de energía principal). Podría definirse también como un generador de emergencia. El conmutador puede ser automático (con el fallo de la red principal se pone en marcha) o manual (es el clásico, pero se debe mover el interruptor para que funcione).
¿Qué es el balance neto?
El balance neto es el intercambio de energía con la red eléctrica, para compensar los saldos de energía de manera instantánea o en diferida, es decir, compensar la energía (desde la red) en aquellos momentos que el generador eléctrico no puede generar suficiente energía para cubrir todas sus necesidades. Este balance puede recompensar durante las horas nocturnas la energía sobrante producida durante las horas de sol.
La compensación siempre es mediante energía en los períodos de no producción, nunca es monetaria.
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