El 28 de abril de 2025, España experimentó un cero energético. Durante varias horas, nuestro país y regiones de Portugal, Andorra y el sur de Francia se quedaron sin electricidad. Para prevenirlo, es importante saber qué es el cero energético y en qué se diferencia de un apagón puntual, así como las principales causas y consecuencias. Tras un cero energético, la luz no vuelve tan rápido como se fue.
Diferencia entre un cero energético y un apagón
El “cero energético” es una situación extrema en la que el sistema eléctrico de un país o de una región extensa colapsa por completo. A diferencia de un apagón puntual o localizado, se deja de generar, transportar y distribuir energía, es un fallo sistémico con grandes consecuencias para la economía, la seguridad y la vida cotidiana de los ciudadanos.
De hecho, este tipo de colapso no tiene nada que ver con tu comercializadora o tarifa de luz, tiene lugar de forma repentina y generalizada. La red eléctrica, que incluye plantas generadoras, subestaciones, líneas de alta tensión y centros de distribución, pierde el equilibrio entre oferta y demanda de energía. Cuando esto pasa, sea cual sea la causa, el sistema se apaga completamente para evitar daños mayores.
Principales causas del cero energético
Las principales causas de un cero energético suelen ser fallos en infraestructuras, problemas en la red de transporte eléctrico, fenómenos meteorológicos extremos y, aunque la probabilidad sea más baja, ciberataques.
1. Fallos en infraestructuras
El sistema eléctrico está completamente interconectado, por lo que un fallo en un punto de esta cadena puede afectar a otras partes. Si varios elementos importantes fallan al mismo tiempo, como centrales eléctricas o equipos de control, podría desencadenarse un colapso. Por ejemplo, en junio de 2020, el sur de Tenerife sufrió un cero energético tras una serie de fallos técnicos encadenados.
2. Problemas en la red de transporte
La red utiliza líneas de alta tensión para llevar la electricidad desde las centrales eléctricas hasta los puntos de consumo: ciudades, industrias y viviendas. Si una línea se daña deja de transportar energía, del mismo modo que si hay una sobrecarga eléctrica, es decir, demasiada electricidad circulando por la red, y esta no se controla a tiempo, el sistema puede apagarse automáticamente por seguridad.
3. Fenómenos meteorológicos
Condiciones climáticas extremas, como tormentas, olas de calor, vientos muy fuertes y nevadas, pueden dañar infraestructuras eléctricas. Por ejemplo, una ola de calor puede hacer que mucha gente use aire acondicionado al mismo tiempo y sobrecargar la red, mientras que vientos muy fuertes pueden hacer que caigan árboles sobre las líneas eléctricas.
4. Ciberataques
La red eléctrica está cada vez más digitalizada, los sistemas SCADA permiten controlar y supervisar todo el sistema en tiempo real, detectar cualquier incidencia para actuar lo antes posible. Sin embargo, esta conexión a sistemas informáticos también la expone a ciberataques. En un inicio, durante el cero energético del 28 de abril en España, también llamado el “apagón de España”, mucha gente consideró esta opción como una de las posibles causas.
Consecuencias de un cero energético
Las consecuencias de un cero energético son inmediatas y graves, afectando a todos los aspectos de la vida cotidiana: interrupción de servicios básicos, colapso económico e impacto directo en la rutina de millones de personas. Además, a posteriori, es habitual que el precio de la luz suba a causa de la inestabilidad del propio sistema eléctrico y la alta demanda durante la recuperación.
1. Interrupción de servicios básicos
Los primeros en verse afectados son los servicios básicos: los hospitales han de activar sus generadores de emergencia para mantener operativas urgencias, UCI o quirófanos; las redes de transporte se paralizan, por lo que las personas no pueden desplazarse y se genera caos; caen las torres de telefonía móvil y los centros de datos, dejando a las personas sin internet ni posibilidad de hacer llamadas; así como bancos, supermercados y tiendas no pueden operar sin luz, no se puede pagar con tarjeta ni sacar dinero.
2. Colapso económico
La falta de electricidad detiene por completo la actividad de fábricas industriales, centros logísticos, comercios y oficinas que dependen del suministro. Las líneas de producción se detienen, causando retrasos en fabricación, los centros de distribución suspenden operaciones, y tanto pequeñas como grandes empresas no pueden atender a sus clientes. Esto se traduce en pérdidas millonarias en cuestión de horas.
3. Efectos en la vida cotidiana
Millones de personas se quedan no solo sin luz, sino también sin calefacción y agua caliente. Los electrodomésticos dejan de funcionar durante muchas horas, lo que complica conservar los alimentos e incluso cocinarlos en muchos casos. Los ascensores se paralizan de inmediato, pudiendo dejar a personas atrapadas, mientras que los semáforos apagados pueden causar accidentes de tráfico en un momento tan delicado.
¿Por qué en un cero energético la electricidad se va rápido pero vuelve despacio?
Cuando se produce un cero energético, el suministro eléctrico se corta en segundos para proteger toda la red, pero para volver a tener electricidad, el proceso es mucho más lento y puede tardar desde varias horas hasta algunos días. Por ejemplo, tras el apagón en España, Red Eléctrica Española empezó a reactivar el suministro de electricidad de norte a sur media hora después del evento, pero se tardaron horas en abarcar todo el territorio.
Para recuperar el equilibrio que necesita la red eléctrica, hay que restablecer el suministro de forma gradual y bien coordinada. Esta debe funcionar a una frecuencia constante de 50 Hz en Europa, por lo que hay que tener cuidado de que el sistema no reciba demasiada electricidad de repente para no causar otra caída. Además, hay que revisar y aislar las partes dañadas o afectadas por el apagón para que no causen más problemas.
Preguntas frecuentes
¿El cero energético es una infracción legal?
Sí, en el artículo 64.31 de la Ley del Sector Eléctrico en España dice que si se interrumpe el suministro eléctrico sin cumplir con las normas legales o sin estar dentro de los casos permitidos, se trataría de una falta muy grave. Si se demuestra que hubo negligencia o que no se cumplió con la ley, puede suponer multas y consecuencias legales para los responsables.
¿Se puede prevenir un cero energético?
Es difícil prevenir un cero energético, aunque se pueden tomar medidas para reducir el riesgo: contar con sistemas de respaldo; diversificar las fuentes de energía; implementar protocolos de emergencia para una respuesta rápida, como el Plan de Preparación ante Riesgos (PPR) usado en España; y reforzar la ciberseguridad.
¿Las energías renovables ayudan a prevenir un cero energético?
Sí, las energías renovables pueden ayudar a prevenir un cero energético porque diversifican la matriz energética y reducen la dependencia de una sola fuente de energía, aunque deben estar bien integradas dentro de la red eléctrica para asegurar un suministro estable. Al depender de factores naturales, su producción es variable.
